IPS 20 September 2019
Frances Mandla está orgullosa. Junto a su compañera Nouniform Nqevu se para sonriente frente a una hilera de exuberantes espinacas. La cosecha le permite comprar alimentos, ropas y pagar la escuela de sus hijos. Es su boleto para una vida más próspera. (760 Words) - By Kristin Palitza (words, 760)
Gardening in food tunnel, Philippi. Photo: Kristin Palitza/IPS
Mandla, de 61 años, y Nqevu, de 63, participan de un proyecto de
renovación verde urbana, lanzado en abril en su comunidad Samora
Machel, una sección de la localidad de Philippi, a unos 30
kilómetros de Ciudad del Cabo.
El proyecto es administrado por la organización no gubernamental
Comunidades Verdes, y promueve la renovación urbana a través de la
creación de espacios verdes sostenibles en sectores de bajos
recursos.
Aunque probablemente deba pasar un año para que el proyecto
alcance su pleno potencial económico, Mandla, abuela con tres niños
a su cargo, dijo que ya se benefició de su membresía. "Mi vida es
mucho más fácil que antes. Aprendí a trabajar en el jardín y ahora
también tengo mi propia huerta detrás de mi casa. Mi familia come
más verduras".
Las mujeres, que además de cultivar confeccionan prendas y
artesanías y reciclan, aseguran que desde que comenzó el proyecto
tienen más dinero en sus bolsillos a fines de cada mes. "Por
primera vez, puedo pagar la electricidad", señaló Nqevu.
Bajo el lema "un ambiente saludable, una comunidad saludable", la
organización desarrolló iniciativas que entrañan significativos
beneficios para el ambiente y para la gente, como mitigación del
cambio climático, embellecimiento de áreas públicas, protección de
la salud, provisión de alimento y más oportunidades de ingresos
para los residentes.
"Creemos que el desarrollo social y el ambiente tienen que ir de
la mano para ser efectivos. Los esfuerzos sociales no son
sostenibles sin elementos ambientales", sostuvo la fundadora de
Comunidades Verdes, Beth McKellar-Bassett. "Si ambos se combinan,
vemos un inmediato impacto en el bienestar de las personas", así
como en la seguridad y en la reducción del crimen, destacó.
Los proyectos en Samora Machel fueron elegidos por los propios
habitantes. Comunidades Verdes organizó varias reuniones a
comienzos de este año, en las que la gente podíadiscutir qué
iniciativas llevar adelante.
"Las dos cosas principales que querían eran mayores ingresos y
seguridad alimentaria", contó McKellar-Bassett.
Comunidades Verdes y un grupo de 35 residentes iniciaron la
agricultura urbana. Cultivaron verduras orgánicas, como espinaca,
lechuga, cebollas y remolachas en los "túneles de vegetales", una
suerte de pequeños invernaderos portátiles. La cosecha es vendida
en restaurantes de Ciudad del Cabo dispuestos a pagar bien.
"Si los túneles de vegetales son bien administrados, nos darán
ganancias anuales de entre 200.000 y 300.000 rands (entre 26.500 y
41.500 dólares)", dijo McKellar-Bassett. Algunas ganancias serán
reinvertidas en el programa, mientras el resto será compartido en
partes iguales entre los miembros del proyecto.
Comunidades Verdes también está por lanzar un negocio de reciclaje
y administración de basura en Samora Machel, en el que los
residentes pueden intercambiar vidrio, plástico y papel por
artículos generales del hogar y vestimentas.
Además, la organización abrirá cursos de administración de basura
de seis semanas de duración para 60 personas, que luego pasarán a
trabajar en el Waste Plan, la mayor compañía dedicada al
tratamiento de desechos en la provincia del Cabo Occidental.
La firma prometió dar empleo a todos los que aprobaran el curso.
"Esperamos que esto sirva de puntapié inicial para crear empleos en
la comunidad", dijo McKellar-Bassett.
Para crear áreas verdes y mejorar la calidad de vida de los
habitantes, la organización también planta árboles y plantas
autóctonas en escuelas primarias y secundarias, así como en centros
para la infancia de Samora Machel.
Además, niños y niñas aprenden a cultivar el spekboom, nombre en
afrikáans del Portulacaria afra, árbol conocido por sus enormes
capacidades de almacenamiento de carbono.
La organización ayuda a las comunidades a crear parques, jardines
y huertas, así como abono orgánico y granjas de lombrices.
Para que todos estos proyectos sean sostenibles, Comunidades
Verdes trabaja en estrecha cooperación con autoridades
municipales.
Cindy Jacobs, gerente de programas de ingresos sostenibles y áreas
verdes del Departamento de Administración de Recursos Ambientales
de Ciudad del Cabo, dijo que las asociaciones son fundamentales
para que las iniciativas se concreten. "Se trata de hacer las cosas
de manera diferente, de trabajar juntos en vez de aislados",
afirmó.
El departamento ayuda al proyecto de Samora Machel principalmente
con educación ambiental para estudiantes de escuelas y grupos
comunitarios.
"Al instruir a los residentes sobre biodiversidad, agua, basura y
energía, sentamos las bases. Ellos comprenden la importancia de los
temas ambientales y están dispuestos a participar", explicó
Jacobs.
Publicado originariamente por Inter Press Service. © www.streetnewsservice.org